Apocalipsis
¡Por fin explicado! PARTE 5
EL ARTE DE SERVIR.
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Capítulos 2 y 3: Los mensajes a las siete IglesiasLos capítulos 2 y 3 contienen los mensajes de Cristo a siete iglesias diferentes en Asia Menor — hoy Turquía occidental. Combinados, estos mensajes representan el primer mensaje general del libro. Estos están dirigidos a las siete eras sucesivas, o etapas, de la Iglesia y abarcan todo el período del Nuevo Testamento — ¡desde el tiempo en que Cristo edificó Su verdadera Iglesia (Mat. 16:18) en el año 31 D.C., hasta Su segunda venida! Dios ha escogido trabajar con Su Iglesia a través de eras sucesivas. Cada mensaje contiene una breve descripción de Cristo de la condición espiritual de estas siete eras consecutivas de la Iglesia.
Estos mensajes no son dirigidos a las muchas, bien conocidas y respetadas denominaciones del cristianismo profeso de este mundo. Éstos están dirigidos a la única y verdadera Iglesia de Dios. Los hombres nunca han entendido los mensajes, porque nunca han reconocido cómo identificar a la Iglesia de Dios.
Todas son descritas como teniendo su propio conjunto único de problemas doctrinales y espirituales (Esmirna y Filadelfia son excepciones) que finalmente llevan a Cristo a levantar un nuevo líder para establecer la era siguiente. Estas eras son conocidas como Éfeso (2:1), Esmirna (2:8), Pérgamo (2:12), Tiatira (2:18), Sardis (3:1), Filadelfia (3:7) y Laodicea (3:14).
Estas eran realmente siete ciudades que estaban cerca una con la otra (en ese orden) sobre una ruta postal en Asia Menor. Dios sabía que cada ciudad reflejaría una actitud correspondiente, existente en la era a la que representa. Cristo pudo usarlas para mostrar un patrón que abarcaría los 2.000 años de historia de Su Iglesia.
La historia muestra que la mayoría en cada una de esas eras no escuchó las advertencias dirigidas a ellos por Cristo. Esto nunca fue más cierto que al final de la era. Aunque la Iglesia ha progresando ahora hacia la deplorable séptima (o última) era, conocida como Laodicea, los hermanos más fieles de la Iglesia de Dios hoy son un remanente de la sexta era de Filadelfia. Ellos se mantienen separados de la séptima y tibia era.
Capítulo 4: Ante el trono de Dios y los veinticuatro ancianos
Los capítulos 4 y 5 representan la preparación para la parte central de Apocalipsis, la cual sigue a continuación. Éstos preparan el escenario para revelar las grandes profecías que explican el tema del libro.
En el versículo 1, Juan describe una puerta abierta en el cielo y una invitación de una gran voz para “subir” para que se le muestren las cosas “que han de ser después de estas”. Entienda que Juan estaba realmente en una pequeña isla (Patmos) en el Mar Mediterráneo y todo lo que él vio estaba ocurriendo en visión. Él no estaba literalmente en el cielo.
En el versículo 2, Juan vio al Padre sobre Su trono, introduciéndolo y presentando un cuadro magnífico del escenario en el que Dios existe. Rodeándole hay 24 “tronos” más (tronos menores), ocupados por “veinticuatro ancianos”.
Es importante estudiar este capítulo con el capítulo 5, porque ambos presentan un cuadro descriptivo de cuatro “bestias” (criaturas vivientes), así como los veinticuatro ancianos — y Jesucristo, como el Cordero de Dios (vs. 6), parado delante del trono de Dios.
Este escenario inspirador describe el entorno — la atmósfera — la belleza magnífica — del trono de Dios. ¡La descripción es simplemente impresionante!
Capítulo 5: Cristo quita los sellos de la profecía
El versículo 1 describe al Padre sosteniendo el libro completo de Apocalipsis (con siete sellos sobre él) en Su mano derecha. ¡En este punto, el libro (en realidad un rollo o pergamino) está aún sin abrir — sellado — cerrado! Ahora note: “Y vi en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos”.
El siete es el número de completo para Dios — y, por supuesto, el libro también estaba completamente sellado. Esto quiere decir que el significado de la profecía ha permanecido oculto de la vista — ¡no disponible a la humanidad! Ni siquiera ha sido posible leerlo correctamente en la secuencia apropiada, mucho menos entenderlo.
Aquí está la descripción: “Y vi a un ángel fuerte predicando en alta voz: ¿Quién es digno de abrir el libro, y de desatar sus sellos? Y ninguno podía, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, abrir el libro, ni aun mirarlo. Y yo lloraba mucho, porque no se había hallado ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo (verso. 2-4).
El relato revela que nadie está calificado para abrir el libro. Si tan sólo los hombres simplemente le creyeran a Dios, no habría habido tantos hombres, a través de los siglos, dando sus interpretaciones de una profecía que no puede ser posiblemente entendida. Como Daniel, que registró una profecía que no entendió, Juan tampoco pudo comprender esta profecía. Él realmente lloró porque no veía manera alguna de abrir el libro (verso. 5).
¡Es en este punto cuando Cristo, y sólo Cristo (no algún ser humano), es estimado “digno” de QUITAR LOS SELLOS DEL LIBRO!
¡Entienda esto! La interpretación del libro de Apocalipsis no es la interpretación de La Iglesia de Dios Restaurada, o de alguna persona dentro de ésta, incluyéndome. Ningún hombre es capaz de abrir una sola profecía en este libro.
El libro de Apocalipsis ha estado disponible en español desde que la versión Reina-Valera fue traducida del griego original en 1569. Así, en la superficie, este es un punto difícil de entender porque, por supuesto, muchos han abierto la Biblia en este libro y han leído todos sus 22 capítulos. Pero ellos no lo han entendido correctamente. Porque no han creído al capítulo 5 — que Jesucristo es la única autoridad para quitarle los sellos al libro. Infinitas “interpretaciones” que difieren, compiten, son ideadas por los hombres y crean mucha confusión, han flotado por casi 2.000 años. Los novelistas populares modernos sólo han empeorado las cosas.
No se confunda acerca de quién es el único que puede abrir este libro para un entendimiento correcto. Recuerde, el libro de Daniel es un acompañante de todas las principales profecías de Apocalipsis, y su libro fue “sellado hasta el tiempo del fin” (12:9).
Cristo revela el significado de estas profecías: “Y vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono” (Apocalisis. 5:7).
Los veinticuatro ancianos son explicados
Notemos algo más sobre los veinticuatro ancianos — y aclaremos un malentendido que ha existido acerca de quiénes y qué son ellos.
Primero lea las referencias adicionales del capítulo 5: “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque Tú fuiste inmolado, y con Tu sangre nos [los] has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos [los] has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos [reinarán] sobre la tierra” (verso. 8-10).
Algunos dicen que los veinticuatro ancianos son tomados de seres humanos salvos. Esta idea viene de una mala traducción de las palabras escritas en cursiva. Esas palabras deben ser remplazadas por las palabras entre corchetes. Vea la Versión Reina Valera Contemporánea y también la Biblia de las Américas. Ambas lo traducen correctamente.
Esos ancianos son seres espirituales creados por Dios para que sean Sus consejeros. Ellos probablemente fueron creados antes de la creación física, junto con los querubines (Miguel, Gabriel y Lucifer — quien se convirtió en Satanás), los serafines, los cuatro seres vivientes y los billones de otros ángeles (verso. 11) que sirven a Dios.
Es imposible que los veinticuatro ancianos sean santos resucitados. Jesús dice: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo” (Juan 3:13). ¡Sólo cuando Cristo regrese a la tierra les será dada inmortalidad a los cristianos (primera de Corintios. 15:23)!
Los veinticuatro ancianos gobiernan con Dios en el cielo, teniendo un papel de consejeros para Él. Los santos resucitados gobernarán sobre la tierra (Apocalipsis. 20:4; Mateo. 5:5; Daniel. 7:27). Aunque la visión que Juan vio es abierta en el cielo, ésta refleja eventos que ocurrirán “sobre la tierra”.
nos vemos en el siguiente video.
parte 6
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