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martes, 7 de octubre de 2014

Apocalipsis: El juicio de Babilonia.



Apocalipsis
¡Por fin explicado!  PARTE  17.
EL ARTE DE SERVIR.
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Capítulo 18: El juicio de Babilonia.
Este capítulo describe el juicio final y la destrucción de Babilonia. El versículo 17, muestra que su colapso viene rápidamente. Los mercaderes del mundo estarán espantados de cómo este poderoso sistema económico pudo venir tan repentinamente a una ruina tan completa.
¡Las naciones modernas de Israel están engañadas y son parte de ese sistema babilónico! (Jeremías 50:4-8, 13-15; 51:6-9 e Isaías 47:1, 5, 7-9, 11; 48:1, 12, 17-20 lo describen). La antigua Israel estuvo en Egipto cuando Dios derramó Sus plagas. Al igual que Israel, Dios nos llama a salir del “Egipto” de este mundo.
Entienda esta instrucción básica acerca del llamamiento cristiano. El pueblo de Dios no es de este mundo ni de sus sistemas (Juan 17:14-16). Referente a los sistemas religiosos y políticos de esta Babilonia, Dios instruye: “Salid de ella, PUEBLO MÍO, para que no seáis partícipes de sus pecados” (Apocalipsis. 18:4). Babilonia significa confusión. Los verdaderos siervos de Dios han salido de este mundo, de sus gobiernos y de su confusión (primera de Corintios. 14:33). Puesto que ellos están separados del mundo, también serán separados y librados de sus plagas.
Capítulo 19: La Cena de Bodas y otra cena.
El escenario del capítulo 19, es en el cielo. Muchos ángeles rodean el trono de Dios (versos. 1-2), describiendo Sus “juicios… justos” sobre la gran ramera.
Ahora que ella se ha ido, y Cristo ha regresado, ¿qué sucede a continuación? “Y oí… la voz de una gran multitud… que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero” (versos. 6-9).
El Nuevo Testamento identifica a la Iglesia como la prometida de Cristo. Varios pasajes revelan esto (Mateo. 25:1-10; Efe. 5:23). A Su regreso, en uno de los eventos más asombrosos de toda la historia, ¡Cristo se casará con Su Iglesia!
Apocalipsis 19:11-13 describe a Cristo, y el versículo 14 describe a los “ejércitos” de ángeles uniéndose a Él en los cielos. Los versículos 17-18 muestran que una vasta bandada de aves de presa come la carne de los ejércitos muertos, asesinados en el capítulo 16. A esta otra “cena” se le llama la “cena del gran Dios”.
El capítulo concluye con una descripción de la ejecución de la bestia y del falso profeta en un lago de fuego localizado.
Capítulo 20: Las tres resurrecciones.
El capítulo 20 presenta el reinado de Cristo de 1.000 años sobre la tierra. En este tiempo, el mundo verdaderamente será un “paraíso”, puesto que Satanás habrá sido atado y arrojado en el pozo del abismo (vs. 1-3). Este capítulo también explica las tres resurrecciones separadas que son centrales para el Plan de Dios.
Los versículos 4-6 describen la primera resurrección y el reinado de los santos con Cristo por 1.000 años, que usted ahora sabe que ocurre cuando suena la séptima trompeta y Cristo retorna a la tierra.
En Mateo 25, que es en realidad una continuación de la profecía del Monte de los Olivos del capítulo 24, Cristo habla de este trascendental evento. Los ángeles vienen del cielo con Él cuando establece Su reino.
Note el cuadro una vez que Cristo sea establecido sobre Su trono: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará en su trono de su gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: venid, benditos de Mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mat. 25:31-34).
Esta es una escena impresionante y maravillosa. Justo antes de la crucifixión y ascensión al cielo de Cristo, Él dijo: “Y si me fuere…vendré otra vez”, (Juan 14:3). Aquí, Cristo da la recompensa a cada uno de Sus santos. Ellos “heredan el reino” con Él y gobiernan por 1.000 años.
Pero debemos hacer una pregunta más grande, más allá de los eventos inmediatos profetizados a lo largo de los primeros 19, capítulos del libro de Apocalipsis: ¿Qué tendrá lugar después del reinado de 1.000 años de Cristo sobre la tierra?.
La descripción de otros eventos se encuentra comenzando en Apocalipsis 20:7 y continúa hasta el final del libro. Los versículos 7-9 realmente describen una profecía que pertenece al final del milenio, cuando Satanás es desatado brevemente de su prisión y busca revertir los 1.000 años de paz. El versículo 10 describe su destino.
Comenzando con el versículo 11, los siguientes cinco versículos describen la segunda y tercera resurrección, de las cuales la mayoría tiene poco o ningún conocimiento. Leamos primero: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” (versos 11-12).
Esto ha sido denominado como el Juicio del Gran Trono Blanco, en el que todos los seres humanos que han vivido alguna vez recibirán una oportunidad para la vida eterna. Aquí es cuando toda la humanidad, desde Adán, será resucitada a la vida física por 100 años (Isaias. 65:17-25). Todas estas masas serán “juzgadas” mediante la Palabra de Dios, “los libros” de Apocalipsis 20:12. Este juicio no es nada como el supuesto “juicio” que muchos visualizan, donde se cree que las personas en algún momento en el Plan de Dios, “se alinean en el cielo” delante de Él “para ser sentenciados”. El período descrito aquí es un juicio que dura 100 años, y a las personas les es dada una oportunidad plena para responder, o rechazar, el camino de Dios  ¡y la salvación eterna!
Luego el versículo 13 dice: “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades, [la tumba], entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras”. La primera parte probablemente se refiere aún principalmente a la segunda resurrección, pero la última parte se refiere directamente a la tercera resurrección, con el versículo 14 añadiendo:“Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda”.
Cuando habla de nuevo, una segunda vez, de los hombres siendo juzgados según sus obras, claramente se está refiriendo a la tercera resurrección (verso. 14), porque el contexto pertenece al infierno (Gehena) y a la muerte (la idea y la realidad completas de la muerte física y eterna — Apocalipsis. 21:4), siendo destruidos en el lago de fuego. Note: “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis. 20:15).
Este último cumplimiento — la tercera resurrección — ocurre en el mismo final del Plan de Dios, el tiempo después que Él le haya dado a cada persona que haya vivido alguna vez una oportunidad completa de calificar para entrar a Su reino.
No habrá escapatoria del resultado final del pecado sin arrepentimiento — la “segunda muerte” en el “lago de fuego”.
Cristo dijo: “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo. 25:41). Él explicó que el fuego eterno — el lago de fuego — fue preparado para el “diablo y sus ángeles. En el versículo 46 Cristo continuó: “E irán éstos al castigo eterno,; y los justos a la vida eterna”. ¡Aquellos que sean juzgados no aptos, descalificados, para la vida eterna serán arrojados dentro del lago de fuego!.
Cuando sean arrojadas dentro al lago de fuego, estas personas irán a través de lo que Dios define como “la muerte segunda”, de la cual no hay resurrección: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”, (Apocalipsis. 21:8). Aquellos lanzados a este lago de fuego después del milenio, serán consumidos para siempre.
¡Que todos teman ese destino!.
Cuando el capítulo 20, versículo 10 se refiere a la bestia y al falso profeta siendo arrojados dentro de,  “un” lago de fuego, (19:20), esto es un tipo de la muerte segunda. Ellos serán resucitados en el Juicio del Gran Trono Blanco (Apocalipsis. 20:11-13), y recibirán su primera oportunidad de salvación.
nos vemos en el siguiente video.
 parte 18 y final.

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